Recuperación, Tiempo y Egoísmo

Recuperarse requiere tiempo y eso no es egoísmo. Tu compromiso con la recuperación no depende de lo que crean otros sino de lo que tú creas.

Hola Maru, tengo una inquietud que me ha surgido cuando hago mis inventarios en las noches al trabajar el programa de Coda. Soy una persona muy activa en mi religión católica junto con mi esposo y mis cuatro hijos adolescentes. Tengo 16 años practicando la Oración Centrante o Contemplativa. En mayo del 2020 comencé a trabajar el programa de CoDA y hago mi inventario diario siguiendo las indicaciones del inventario de las piedritas (Este inventario se puede ver pulsando aquí). Así aprendí que el Cuarto Derecho de la Carta de Derechos (que me sale con frecuencia en mi inventario) dice que “Tengo el derecho de tomar tiempo para mí”.

Aquí estoy en un dilema porque el tiempo para mí me hace sentir culpable y no sé si es egoísmo también de mi parte sólo pensar en mí y no darle tiempo a mis hijos por estar metida sólo en lo mío y a veces mi esposo me lo reclama. Sé que el equilibrio es lo bueno pero eso es lo que me cuesta. A veces siento mucha culpa cuando estoy en las cosas mías y siento que estoy abandonando a mi familia. Mi pregunta ¿cómo saber si estoy siendo egoísta y desconsiderada? Tal vez me puedas ayudar.

Luz en Ecuador 

Luz, gracias por tu pregunta que ilustra una gran paradoja que enfrentamos al principio de la recuperación: necesitamos tiempo y claridad para ocuparnos de nosotros mismos pero ni nosotros ni nuestra familia estamos habituados a respetar esos espacios.

Por suerte, en tu caso, todos los miembros de tu familia son adultos, así que es razonable suponer que todos tienen actividades independientes de ti y que son capaces de ser relativamente autónomos. Sería un caso diferente si tus hijos fueran pequeños y por eso dependientes de tus cuidados.

Sin embargo, también es predecible que tú y tu familia no estén acostumbrados a respetar los tiempos ajenos pues la codependencia es una enfermedad de enredo y falta de límites saludables. Los programas de 12 Pasos tienen una solución infalible para esto expresada en el lema: “Comienzo por mí”. En lugar de esperar que tu esposo entienda tus necesidades de tiempo, pienso que es importante que las entiendas tú primero, Luz, para lo cual te sugiero que contestes estas tres preguntas:

1) ¿Consideras tu codependencia debilitante, progresiva y fatal?

2) Debido a tu codependencia ¿Sufres de impulsividad (reaccionas sin reflexionar), compulsividad (haces cosas que no quieres hacer) y te obsesionas con tus dificultades?

3) ¿Estas características han hecho tu vida inmanejable llevándote a un fondo de desesperación?

Si contestas afirmativamente estas preguntas, significa que tu codependencia requiere el mismo respeto que cualquier enfermedad severa (debilitante, progresiva y fatal), digamos, un cáncer. En el momento en que tú comprendas y aceptes esto de verdad, estarás en un mejor lugar para actuar con el mismo derecho y dignidad si, por ejemplo, tuvieras que ir al oncólogo y hacer ciertas terapias que requieren tiempo concentrándote en ti misma. Esto no es de ninguna manera egoísta, forma parte de tus deberes de autocuidado como adulta.

Ahora, una trampa en la que muchos caemos -antes de trabajar los Pasos- es tratar de explicar algo que no comprendemos completamente. Si yo fuera tú, me abstendría de discusiones para las que no estoy preparada y me organizaría para dejarles saber a mis familiares A TRAVÉS DE MIS ACCIONES Y ACTITUDES que mis actividades de recuperación son importantes para mí ¿Cómo? Dándoles prioridad.

Por ejemplo, si mi reunión de CoDA es al mismo tiempo que la hora de cenar en un día determinado, yo me organizaría para permitir que los adultos que son mi hijos y mi esposo se procuren su propia cena. Si eres como yo, esto va a requerir algo de logística y mucho de red de recuperación. Para los detalles me apoyaría en mi madrina y compañeras que tienen más veteranía que yo en estos temas.

Lo mismo aplica con el tiempo que necesito para trabajar el programa (los Pasos y las Tradiciones) y usar las herramientas (amadrinar y ser amadrinada, escribir, leer, meditar, asistir a reuniones y eventos especiales, autocuidados, etc.). Nada de esto es egoísta aunque requiera que te concentres en ti misma, de la misma manera que la sanación de cualquier enfermedad severa requiere que uno se centre en sí mismo.

Ahora, hay algo muy esperanzador sobre la manera como funciona el tiempo en recuperación. Dado que tú tienes una práctica de meditación prolongada, Luz, puede que sepas que el tiempo depende de la percepción. Por ejemplo, para mí 20 minutos arreglándome para salir pasan volando pero 20 minutos en la quietud de la meditación ¡resultan una eternidad!

Igual es con la recuperación: cuando estoy conectada a mi espiritualidad el tiempo siempre es suficiente porque reconozco lo que necesito: la amorosa guía de mi Poder Superior. A esto se suma que cuando dejo “de usar control”, comienzo a no sentir interés en manipular lo que hacen los demás y dejo de entrometerme en lo que no me corresponde ¡Eso libera una cantidad enorme de tiempo! Vas a encontrar más tiempo para ti porque no vas a estar enredada en chismes, manipulaciones y estratagemas tuyas o ajenas.

Las reacciones de mis familiares y allegados pueden estar en un continuo de dos polos:

1) Quienes comprenden que mi recuperación es importante y la respetan.

2) Quienes oponen resistencia porque temen los cambios que quizás amenacen su comodidad o apego a lo familiar.

En el medio hay gente que no sabe y no le interesa lo que yo hago con mi tiempo. Ya verás, cuando te recuperes, que todas las reacciones que encuentres son perfectas para lo que tú necesitas aprender emocional y espiritualmente. Finalmente tu compromiso con el programa no depende de lo que crean otros sino de lo que tú creas.

En cualquier caso, buena parte de tu recuperación ocurrirá en la interacción con tus familiares y estas relaciones te darán material para procesar con los Pasos, aprender a conocerte, desarrollar límites saludables y vivir una vida de libertad y propósito tal como nos lo garantizan las Promesas. Así que no te preocupes, sigue trabajando en tu recuperación -sin prisa pero sin pausa- y habrá suficiente tiempo para ti y para tu familia ¡En los tiempos de Dios!

Compartir

Publicaciones Relacionadas