Maru, tengo 8 años en CoDA y he trabajado los Pasos y vivido las Promesas de este hermoso programa. Actualmente soy inquilina, vecina y empleada de una de mis “maestras” espirituales. También he criado a sus hijos quienes me consideran su “otra mamá”. Me ha tomado mucho tiempo y programa entender que estamos enganchadas en una relación codependiente / narcisista. Ella, además, se comporta como una adicta al dinero.
He tenido enormes progresos pues cuando llegué a CoDA esta mujer me trataba como su esclava y me controlaba incluso con violencia física (en ese entonces vivíamos juntas). Estoy trabajando mis enmiendas que incluyen:
solamente trabajar con un pago justo y puntual.
impedir que ella me administre mi séptima y
tener un plan b en caso de que me chantajee con la vivienda.
Ha sido complicado porque ambas somos emigrantes y en Nueva York es difícil conseguir vivienda y trabajo, más ahora en la pandemia, pero por la Gracia de mi Poder Superior sí tengo otro trabajo y un plan b para mi vivienda. Hace poco descubrí que soy hipertensa y que estuve a punto de morir.
Todavía siento mucha culpa y miedo de que ella me bloquee el contacto con los niños lo cual ella explota. En la víspera del cumpleaños de los gemelos, siento que recaí, volví a cero.
Ella estaba activada con su adicción con el dinero y me pidió que me ocupara de una cobranza (que es parte de mi trabajo en su negocio). Lo hice como me indicó y lo que recibí fue un rosario de mensajes de voz y texto con insultos y amenazas. También me dijo que no me podía pagar. Volví a los tiempos en los que me sentía desorientada y perdida. Traté de explicarle y fue peor. Como me vi tan fuera de nivel, le dije que no asistiría al cumpleaños y que habláramos luego.
Al día siguiente, se apareció en el trabajo como si nada y me reprochó con ligereza la idea de no ir al cumpleaños. Reuní toda la recuperación que pude y asistí a la fiestecita que fue hasta bonita pero tengo muchísima rabia de que esta mujer todavía me active y me controle a través de sus humillaciones y después se aparezca como si nada.
Tengo madrina y estoy trabajando un 10mo Paso alrededor de este evento. Te envío esta consulta como parte de buscar la voluntad de mi Poder Superior y cómo usar el programa en esta recaída.Cualquier luz que me puedas dar te la agradezco.
Triana en Nueva York
Triana, gracias por tu pregunta y también por tu recuperación que me recuerda lo imposible que sería afrontar la codependencia sin programa. Por lo que cuentas, tu vida va en dirección de desenredarte de esta persona: ya vives en otra locación (aunque eres vecina e inquilina), ya estás trabajando en tu auto sostenimiento (a lo que llamas 7ma Tradición) y estás desarrollando límites en relación con tu trabajo.
Sin embargo, todavía te queda un trecho largo para que no dependas en absoluto de esta persona sino de tu Poder Superior. Tus lazos con ella son tanto materiales (trabajo, vivienda, locación) como emocionales a través de los niños y tu codependencia.
CoDA, en Preguntas Frecuentes, define el “enredarse” (en inglés “enmeshment”, más como “enmarañarse” o “enmasacotarse”) como una característica codependiente que “no permite la individualidad, autonomía, integridad o el empoderamiento personal.”
Darnos cuenta de nuestro enredo o maraña con otros es importante pues esto “obstaculiza las relaciones sanas con nosotros mismos, con otros y con nuestro Poder Superior, porque nuestro enfoque es siempre hacia lo externo, hacia alguien más.” (Librito Azul de CoDA págs. 111 y 112)
Si yo fuera tú, vería esta experiencia como oportunidad para honrar y agradecer mi recuperación así como enfocarme en el progreso (y declinar la perfección). También me centraría en pedir a Dios (como llamo a mi Poder Superior) que me ayude a practicar las consecuencias de mis límites. Por ejemplo, qué tenías previsto en caso de que ella se rehusara a pagarte a tiempo ¿Irte del trabajo? ¿Cesar de trabajar hasta que te pagara?
Recuerda que, si eres una codependiente como yo, por ti misma no tienes la capacidad para implementar estos cambios, pero el Poder Superior y el programa te darán esa capacidad. Según lo que me cuentas, se ve que ya has experimentado las Promesas de Recuperación pues tienes otro trabajo y un plan para tener refugio en caso de que tu situación habitacional colapse (lo que llamas plan b).
En tu lugar, yo también reconocería los regalos de esta experiencia pues el dolor y los sentimientos difíciles son solamente envoltorios para regalos espirituales profundos. Para mí, quizás el más interesante es que ahora sabes que puedes anticipar cuando esta persona está activada por su enfermedad y por tanto puedes “prepararte para el impacto”. Esto es:
a) reconocer cuando el sujeto de mi enredo codependiente anda con los demonios sueltos.
b) anticipar que es posible que esta persona “vomite” (textos, gritos, insultos, castigos, actuaciones sin sentido y francamente dementes, etc.) y -aunque lo dirija hacia mí- no es personal. Es lo que los enfermos hacemos cuando no tenemos recuperación.
c) poner un saludable espacio para que no “vomite” sobre mí. El uso de las herramientas y en especial tu madrina y compañer@s de recuperación te pueden apoyar con esto.
Por ejemplo, en tu caso, yo no habría leído los textos (o habría parado en cuanto leí el primer desafuero), ni me hubiera enganchado en contestar. Como dice el lema “No se habla cordura con la locura porque la locura siempre gana.”
Finalmente, pasada la experiencia, haría un inventario para ver cómo esta vez pude procesarlo mejor (más rápido, con más programa y herramientas) que otras veces. A esto se llama la espiral ascendente de la recuperación (puedes leer más pulsando el texto en magenta).
Completo mi respuesta junto con tres aforismos de recuperación en mi próximo post.