persons hands with rainbow colors
La paradoja del amor romántico es que florece mejor en corazones llenos.

Maru, soy codependiente en recuperación con una pareja que también está en programas de 12 Pasos, aunque él no asiste a Codependientes Anónimos. No fue fácil juntarnos pues coqueteamos por mucho tiempo antes de atrevernos a asumirnos como pareja. Mi problema ahora, Maru, es que él está todo el tiempo haciendo servicio en su programa y me parece que lo usa, junto con su teléfono celular, para no estar presente conmigo en la relación. A eso súmale la pandemia y que hacemos cuarentena separados e imagina cómo me siento ignorada con la dolorosa sospecha de que no soy su prioridad. Pero sé que hay amor entre nosotros y no quiero rendirme como lo he hecho antes en otras relaciones de pareja ¿Tienes algún consejo o palabra de aliento para mí, Maru? Carmela en Aix-en-Provence.

 

No sé tú, Carmela, pero yo vengo de una cultura y una educación que supone que la pareja me completa. Esto se puede verificar, por ejemplo, en la letra de canciones románticas con las que crecí: “Yo sin ti no valgo nada”, “Eres mi todo”, “Si tú te vas qué será de mí”, etc.

Esta cultura, aunada a mi propia codependencia, ayudaba a que cuando me sentía vacía, incompleta, aburrida, incómoda, descontenta con mi cuerpo, con lo que hago, con mis ilusiones, etc., yo proyectara esa insatisfacción en la pareja. Fíjate la contradicción; yo no quería estar conmigo pero esperaba que mi pareja ¡anhelara pasar tiempo conmigo! Eso, he aprendido, se resuelve con un acrónimo de tareas que he llamado CASA:

C por Conocerme a mí misma.

A por Aceptar y aprender de lo que siento.

S por Saber que lo que siento es resultado de lo que pienso.

A por Aceptarme como hija de la Creación, por tanto alguien maravillosa.

Se dice fácil. Otra cosa muy diferente es la dedicación que requiere. Sin embargo, se puede. Soy testimonio. Es un proceso diario y muy productivo que me permite reconocer dónde está el problema y dónde encuentro la solución.

Entonces, mientras más expectativas tengo de que mi pareja me haga sentir acompañada, valiosa, bella, interesante o lo que sea, más chances de que, en cambio, cultive resentimientos pues las expectativas son resentimientos premeditados.

El amor propio es auténtico y duradero solamente cuando viene de dentro, de esa fuente de amor que soy conectada con mi Poder Superior.

La recuperación de mi codependencia me ha enseñado que mientras más a gusto estoy conmigo, más atractiva soy para quienes me rodean y entonces puedo tener relaciones amorosas, saludables y libres que siempre incluyen practicar servicio. Servicio que va desde hacer un esfuerzo sin expectativas, no juzgar, no esperar, hasta ser genuina y decir la verdad con gentileza cuando algo es inaceptable para mí.

Si yo fuera tú, Carmela, revisaría qué tal va la Tercera Tradición en mi relación de pareja. Esto lo parafraseo así “El único requisito para estar en esta pareja es el deseo y la capacidad de estar en esta pareja.” Mencionar la capacidad es importante porque a veces deseamos algo que no somos capaces de recibir y eso puede ser cierto tanto para ti como para tu pareja.

Todo se reduce, entonces, a si me siento plena con el amor de mi Poder Superior. En ese caso, no necesito mendigar esa clase de amor a nadie más. Si, en mi caso, mi Poder Superior me manda ese amor a través de Brad, mi esposo, lo puedo reconocer y celebrar como el regalo que es. Y si, finalmente, descubriera que la relación se ha quedado sin regalos también lo podría aceptar – y decidir en consecuencia- porque estoy llena del amor de mi Poder Superior.

La paradoja del amor romántico es que florece exclusivamente en corazones llenos.

Compartir

Publicaciones Relacionadas