
En el 2016, con la ayuda de mi amiga Sam, escribí una novelita en inglés que nunca publiqué sobre codependencia y el papel de las voces interiores en el mantenimiento de las “historias” que sustentan los comportamientos codependientes . Luego, he tratado de ver qué pasaba si la reescribía en español. Lo cierto es que he estado estancada por un par de semanas. Nada de lo que escribo me gusta y hasta me parece ridículo. La voz crítica y condenadora dentro de mí (la llamo Marta) ha llegado a mimetizarse tan bien que me ha convencido que lo que hago no sólo es patético, sino irrelevante y una pérdida de tiempo. El mimetismo de esta voz cruel es tan bueno que hasta he llegado a creer que son mis propios pensamientos y he estado a punto de borrar todos los archivos y comenzar con algo diferente para acabar con el tormento.
Curiosamente, el post de mi blog que más visitas tiene es el de LAS VOCES O “YO NO SOY LO QUE PIENSO”. Ese post recibe al menos una visita diaria. Entonces, dos prácticas de recuperación me vienen a la mente. Una es confiar en el proceso y no tomar decisiones como resultado de sentirme frustrada. A propósito de esto recuerdo la anécdota de Melody Beattie cuando escribió “Ya no seas codependiente” su libro más vendido.
Cuenta ella que luego de ser rechazada por varias editoriales botó el manuscrito a la basura. Gracias a su madrina de AA que la guió para recuperarlo y enviarlo a Hazelden, el libro se salvó y con él millones hemos encontrado una vida de recuperación y libertad. Ese libro –por azar publicado el mismo año en el que se fundó Codependientes Anónimos – fue un gran portal para que la codependencia apareciera en el discurso común y para que mucha gente comprendiera que se trata de una enfermedad compulsiva, debilitante y fatal, con una solución espiritual.
La otra práctica que me viene es la de pedir guía al Poder Superior y poner más intención en acallar las voces de crueldad y auto criticismo usando las herramientas del programa. Las herramientas que me sirven más son la meditación, gratitud y el servicio, en ese orden.
En eso he estado, cuando se me ocurrió ponerme a escuchar unas lecciones de budismo que grabó Pema Chodron una monje tibetana cuyo mensaje (sin que esté relacionado históricamente con los 12 Pasos) está muy en la línea de las enseñanzas del Libro Grande de AA.
Pues da la “casualidad” que en la lección que escogí al azar, ella habla específicamente de “Shenpa” una palabra tibetana que ha sido traducida como “apego” pero que Chodron la explica mejor como “enganche” ese sentirse atascado y atado a un malestar por algo que sucede o que recordamos. En el fragmento de la clase que presento, esta monje habla de la participación de “la historia” en este malestar y de la voz que crea la historia, que ella llama “la voz de Shenpa”. El mensaje para mí fue tan claro, que en el próximo post “La Libertad de Hacer algo Diferente”, traduzco y transcribo este fragmento de su clase. ¡Memo recibido, Poder Superior!