En la recuperación de la codependencia, experimentar genuina y humanamente nuestros sentimientos puede ser muy confuso pues hay varios procesos en juego al mismo tiempo. Hay varias clases de dolor y dependiendo de lo que se trate no tienen el mismo significado dentro de nuestra recuperación.

Tarde o temprano enfrentamos nuevas lecciones espirituales y no es raro que concluyamos que no hemos avanzado; que estamos en cero. Lo que pasa es que la recuperación es una espiral ascendente: damos la vuelta mientras subimos. Llegamos a cero (como trato de mostrar en la ilustración) pero -como vamos subiendo- ese cero es en otro nivel.

Tener una madrina o padrino, así como red de recuperación, resulta valioso cuando enfrentamos dificultades, entre otras cosas, porque otros (fuera de mi cabeza) tienen otra perspectiva y pueden darse cuenta de que ¡sí! estoy en cero pero a una altura diferente de mi último cero.

Una vez más la vida me presenta la oportunidad de elegir entre el amor y el miedo y quizás mis patrones codependientes vinieron al rescate pero al analizar la experiencia con mi madrina o con las herramientas de recuperación puedo darme cuenta de que esta vez reboté más pronto, esta vez lo hice un poco diferente, esta vez no me tomó semanas retomar el curso, me obsesioné menos tiempo (o no me obsesioné en absoluto) y mi programa no se salió de su centro para convertir la crisis en un Poder Superior.

Para mí, es triste ver cómo algunas madrinas o padrinos no tienen esta referencia y añaden a la crisis de crecimiento o sanación que la ahijada o ahijado está enfrentando, el dolor y la vergüenza de declararlos recaídos, como si fueran un alcohólico que retomó el trago.

¿Cómo diferenciar si estoy en cero en un nivel más alto o recaída? A mí me resultan útiles las siguientes preguntas:

1. ¿Pude notar mi necesidad de programa? Por ejemplo, preferí ir a una reunión de recuperación en lugar de quedarme polemizando, controlando, investigando, usando jerga de recuperación para obtener lo que quiero, culpando y culpándome, etc.
2. ¿Pude practicar la pausa incluso después de darme cuenta de que reaccioné codependientemente?
3. ¿Pude reconocer que soy humana, codependiente y me equivoco, en vez de quedarme obsesionada y sintiendo lástima de mí?
4. ¿Pude usar herramientas espirituales en vez de seguir actuando en la circunstancia?
5. ¿Pude sentir mis sentimientos sin tratar de usar control para tratar de cambiarlos?
6. ¿Pude aceptar que mi Poder Superior se está ocupando de mis heridas y que mi influencia en el asunto consiste en esperar, trabajar mi programa y abrir mi mente?

Si puedo contestar afirmativamente cualquiera de estas preguntas, en comparación a como lo hubiera hecho antes, quiere decir que estoy en cero en un nivel más alto de mi recuperación. Si mi respuesta es negativa para todas ellas durante un tiempo prolongado, probablemente estoy recaída.

La buena noticia es que una vez recaída, no puedo pasar más allá del suelo y los 12 Pasos siempre me invitan a levantarme en brazos de la energía del amor y la auto gentileza. Funciona, realmente funciona.