Como conté en mis dos post anteriores (la vocecita y la anécdota) mi desobediencia a una intuición muy clara desencadenó una innecesaria tormenta de mortificación, que gracias a Dios terminó en puro susto.

Después de oír un par de mensajes de la clínica en la que había hecho un reciente chequeo médico y de navegar pantanos de miedos sobre lo que me tenían que comunicar de esta manera tan inusual, resultó que había un problema con el nuevo seguro médico y el doctor quería recomendarme un medicamento nuevo y escuchar si yo tenía preguntas.
Hoy, prefiero creer que la Providencia quería darme una experiencia inofensiva y dramática para que yo explorara y compartiera este tema de las intuiciones que es muy vulnerable para mí porque roza espacios que antes solían ser objeto de burla entre personas que quiero y respeto.
Aquí vamos entonces. Como escribí en el post de definiciones describo la intuición como “la vocecita interna, no mental, que nos sugiere sin lógica o emoción algo que luego resulta cierto”.
En mi historia, la voz de mi intuición me sugirió que no revisara los mensajes de mi teléfono. Y resultó que si yo hubiera hecho caso me habría ahorrado unos momentos amargos. La buena noticia es que la experiencia me invitó a una reflexión más profunda sobre la intuición. A ver si puedo explicar algunos rasgos más específicamente.
Características de la intuición
1) La intuición no es un pensamiento. Esto quiere decir que hay una forma de conciencia dentro de cada quien (el “testigo” que se reconoce con la meditación) que sabe que la intuición viene de otro lugar que los pensamientos habituales. Algunos piensan que del vientre o “las tripas”.
Curiosamente, la medicina tradicional está encontrando que hay un sistema nervioso en esta parte del cuerpo que han llamado “Sistema Nerviosos Entérico” o SNE que funciona como una especia de cerebro autónomo y es responsable de problemas y soluciones de inmunidad. No es raro que la ciencia llegue tarde a lo que la metafísica y la poesía ya sabía.
2) La intuición es breve y no viene con explicaciones. Por eso es tan fácil desobedecerla. Echo Bodine da el ejemplo de una mujer que tuvo la intuición “llévate un abrigo” cuando salía de casa en un día caluroso. La mujer, lógicamente, desobedeció la sugerencia. Y resulto que tras un accidente en el trabajo, le toco esperar en una fría sala de un hospital en donde necesitó ese abrigo que rehusó llevarse.
Bodine, que ha dedicado su vida y su escritura a estos temas, cuenta que tuvo por un tiempo un programa radial llamado “El club del sí, pero”. Allí compartía testimonios telefónicos de gente que tuvo una intuición pero la ignoró y lo que pasó como consecuencia. Sus historias son igualmente deliciosas e ilustrativas.
3) La intuición no es emocional. Este rasgo es especialmente importante porque es fácil “venderse” uno mismo la idea de que cierto pensamiento es una intuición, cuando uno desea o teme algo. Pero el deseo y el miedo son emociones y la intuición no es emocional. Sin excepciones.
4) La intuición no está basada en la experiencia o el aprendizaje. Pensamientos como “No me iré por este camino porque generalmente lo están reparando en esta época.” están más en el orden de la predicción resultado de la experiencia. Cuando hay un “porqué” se puede estar seguro de que no es intuición.
5) La intuición es inesperada. Incluso si, por ejemplo, se refiere a algo sobre lo que he estado orando por claridad, la intuición surge en un momento en que no espero tal respuesta. Ésta es otra forma de reconocerla.
Función de la intuición
Para quienes suponen que desarrollar la intuición les va a dar una vida libre de problemas o errores, lamento decepcionarlos. Esa no es su función. Tal parece que las intuiciones suceden como recordatorios de que:
a) Existe un mundo mucho más rico y complicado que el lógico y racional.
b) Tenemos acceso a este mundo soltando los prejuicios y acallando el ruido de nuestros pensamientos generalmente a través de la meditación y la oración.