La Aceptación es la Solución

Hoy en día, estoy alegre de saber que soy codependiente y que dispongo de una solución que me lleva a las Promesas ¡garantizado!

Muchas gracias, Maru, porque tu blog hace fácil lo difícil. Gracias también por tu respuesta previa (que puede verse pulsando aquí) Como compartí, en mi consulta anterior, he trabajado los 12 Pasos con mi madrina y cada día practico el contacto consciente con mi Poder Superior. Hoy puedo identificar mis defectos de carácter cuando se presentan, pero esto me ha llevado a creer que hay algo defectuoso en mí y me impide aceptarme tal como soy hoy.

Además, no estar conforme con ser codependiente ha sido la gasolina que me ha hecho practicar el programa, por lo que temo que si me acepto como soy pierda el objetivo de recuperarme. ¿Qué harías tú si fueras yo? Gracias por tu servicio. ¡Hasta pronto! Alba, de España.

Hay un pasaje del Libro Grande en el que se dice que “la aceptación es la solución a todos mis problemas.” Está en la parte de las historias en la versión en inglés (que son diferentes a las historias en español.). Una traducción de una parte de este relato se puede encontrar pulsando aquí.

El caso es que si yo soy codependiente, la primera parte para encontrar la solución es aceptarlo. Aceptarlo no significa declinar hacer algo al respecto ¡Al contrario! la manera lógica de encontrar un remedio es saber para qué enfermedad.

Si, por ejemplo, yo tuviera tuberculosis, sería imposible encontrar tratamiento si primero no acepto que estoy tuberculosa. Esa aceptación puede ser (y frecuentemente es) dolorosa y motivo de duelo, pero no será hasta que acepte que sí estoy enferma que pueda buscar el tratamiento o remedio apropiado.

¿Significa esto que deba odiarme o despreciarme por estar enferma? ¡Menuda crueldad! Al contrario, cuando me doy cuenta de que estoy enferma es cuando necesito ser más compasiva y tierna conmigo misma, procesar los sentimientos difíciles que vienen con el duelo de que tengo una enfermedad y ocuparme de buscar mi sanación.

En el caso de mi codependencia tengo dos noticias. Una buena y una mala. La “mala noticia” es que, como toda adicción, se trata de una enfermedad incurable. Esto me ayuda a no olvidar que mi serenidad y bienestar depende de mi proximidad al programa, un día a la vez. La buena noticia es que su “tratamiento” es una solución espiritual que me enseña a vivir en libertad y amor en cada momento.

Como todas las paradojas de este programa. La buena noticia, finalmente transforma todo en algo para el mayor bien. Hoy en día, estoy alegre de saber que soy codependiente y que existe una solución que me lleva a las Promesas. Y las Promesas no son posibilidades ¡son garantías!

Entonces, Alba, si yo fuera tú, claro que aceptaría que soy codependiente, que mi codependencia es una enfermedad y que mis defectos de carácter, especialmente los codependientes crean sufrimiento innecesario.

Estos defectos no me hacen un error, no hacen que Dios me quiera menos y no hay razón para que yo me vea con menos ternura y compasión hacia mí misma. Defectos como, digamos por ejemplo, mi tendencia a adivinar lo que otros piensan, a fundirme con los sentimientos de otros, a tomar responsabilidad por más de lo que me corresponde, etc. son -si prefieres- síntomas de una enfermedad. No soy culpable por estar enferma, pero como adulta sí soy responsable por buscar sanación.

Y fíjate que los programas de 12 Pasos nos enseñan a buscar nuestras propias verdades en los tiempos divinos. Si yo fuera tú y me sintiera negativamente activada por la denominación “defectos de carácter” o con la frase “estar enferma” o “estar defectuosa”, puedo, con total libertad, cambiar los términos que uso.

Hay quien usa “mecanismos compensatorios”, “formas auto derrotistas”, “hábitos de sobrevivencia” y pare usted de contar. La denominación no importa mucho, en cuanto yo comprenda que la aceptación amorosa, curiosidad creativa si prefieres, inicia la solución.

Compartir

Publicaciones Relacionadas